Nathalie Arthaud
A finales de octubre los dirigentes de Honeywell en Condé-sur-Noireau, a 40 km. de Caen, anunciaron el cierre de la fábrica para 2013, condenando al paro a los 326 trabajadores. Esto ha suscitadoen la región una fuerte conmoción. Hay que decir que la historia de esta fábrica se confunde con la historia del amianto en Condé-sur-Noireau, como cuenta mi camarada Pierre Casevitz.
“Condé, conocida por sus tejidos, Vio instalarse los primeros talleres textiles de amianto en los años 1890. Los industriales se reconvertían del algodón al amianto, lo que marchaba muy bien. Se trituraba el amianto para desenredar las fibras, se metía todo en las maquinas tejedoras, todo ello sin mascaras ni protección por supuesto. En una de las primeras fábricas, sin ninguna ventilación, murieron en 5 años una cincuentena de obreros.
 
Un inspector de trabado de Caen, alarmado por este caso, redactó el primer informe en Francia sobre la peligrosidad del amianto en 1906.El señor Auribault fue incapaz de convencer a los industriales, y la actividad continuó desarrollándose.
 
El valle entre Condé-sur-Noireau y Flers, a 20 km al sur, iba a ser denominado el “Valle de la muerte”.
Ninguna familia de la zona va a escapar de las enfermedades del amianto. Extraído veces a cielo abierto, el polvo de amianto estaba por todas partes, en las calles, sobre los vestidos en las casas.
En cuanto a la fábrica Honeywell, fue construida en 1927, por la empresa Ferodo. Era la ubicación perfecta ya que se trataba de producir pastillas de freno para el automóvil, y el amianto era el aislamiento térmico utilizado. En los años 1960, la empresa empleará a 2.700 personas.
A partir de la postguerra en 1945, los peligros del amianto eran muy conocidos por los obreros y habitantes de la región, donde los fallecimientos continuaban, pero también por los poderes públicos ya que se producían situaciones similares en muchas empresas de otras regiones: minas de amianto en Córcega, SNCF, etc.
El amianto fue la causa de una dura huelga en 1956 en la fábrica: el empleado que barría los talleres pilló un cabreo, negándose a limpiar durante las horas de trabajo en medio de otros trabajadores, consciente de que la polvareda levantada intoxicaba a todo el mundo. Fue despedido inmediatamente. Robveille, un sindicalista de la CFTC de la fábrica, recorrió los talleres de la región para denunciar este despido, siendo el mismo despedido. Esto hizo estallar el conflicto, la huelga arrastró casi al 100% de los trabajadores de Ferodo, pero también a otras cinco fábricas del valle.Sin embargo tras tres semanas de huelga el patrón no cedió.
La fábrica ha cambiado muchas veces de propietario y todos conocían bien la situación. Año tras año, patrón tras patrón, dirigentes interesados exclusivamente en el beneficio han envenenado a sabiendasa los trabajadores, cuando éstos se rebelaban, utilizando mentiras el resto del tiempo.Fue necesario esperar a los años 1990 y a que el amianto fuese oficialmente prohibido en 1997 para que ellos dejaran de utilizarlo.”
Los patronos que durante décadas han condenado a los trabajadores a la muerte lenta ofreciéndoles sólo este trabajo para ganarse la vida, les condenan hoy al paro, hay razones para estar indignado.
Traducción de F.P.
 
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